El séptimo samurái. Helen DeWitt
Editorial: Plaza & Janés 1ª edición 2001
Cartoné con sobrecubierta ilustrada. 24x16 cm. 475 páginas. Estado de conservación: libro con señales normales de buen uso.
Tanto Sybilla como su hijo Ludo son excepcionales: Extraordinariamente inteligentes (El niño incluso bordea la genialidad), perspicaces y, dentro de todo, emocionalmente estables. Sin embargo, ambos llevan una vida casi marginal y llena de carencias económicas en un pequeño apartamento de los suburbios de Londres. Sus días transcurren entre visitas a los museos gratuitos (algo común en esa ciudad), interminables vueltas en la línea circular del metro londinense (con el solo objeto de ahorrar en calefacción) y la visión de un clásico del cine, «Los siete samurais» de Akira Kurosawa. Sybilla ha decidido ocultar la existencia de Ludo a su padre biológico, por lo que recurre a esta película para darle a su hijo un modelo masculino adecuado de lo que es la «heroicidad».
Los libros que nos dejan huella a los lectores son aquellos que encienden un cuestionamiento de nuestra identidad o de nuestra realidad. «El último samurai» posee ese potencial.
Las editoriales generalmente etiquetan a una obra como «de culto» cuando no son fáciles de digerir para el público en general. La travesía a través del relato se vuelve por momentos tortuosa, pero medida que se avanza la desorientación disminuye y la potencia narrativa de DeWitt pasa a primer plano. Así, la complejidad del inicio deja paso a la simpleza de contar historias, al componente meramente lúdico de la narración. Una novela completa y compleja, una obra «de culto» que con los años se convertirá en un «clásico».
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